12 Apr

7. Los hábitos atómicos te acercan a la plaza

14:36

Hola hola aquí Manu en el episodio 7 del podcast evolución docente oposiciones de educación que se titula los hábitos atómicos te acercan a la plaza. Hoy vamos a hablar de cómo elevar tu nivel de opositor, cómo ser más productivo, más productiva y cómo acercarte más a tu objetivo que es conseguir tu plaza sin necesidad de volverte loco o loca estudiando 10 horas al día. ¿Cómo? ¿En qué nos vamos a basar para estos trucos que vienen en este episodio? Pues con las ideas sacadas del libro hábitos atómicos de James Clear, pero por supuesto aplicadas 100% a tu realidad como opositor, como opositora. Nada de teoría, aquí el libro me lo he leído yo y ya he hecho esta limpieza, esta extracción de ideas claves para para que tú lo puedas aplicar directamente al tema de oposiciones. Así que vamos a ir a lo práctico, a lo que te va a servir. Por cierto si te gusta avanzar un poco cada día y no dejar tu plaza en manos de la FAR, entra en evoluciondocente.com y suscríbete a nuestra newsletter. 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Si no elevas al nivel de tus objetivos vas a caer al nivel de tus hábitos y esto es lo que le sucede a la mayor parte de las personas, a la mayoría. ¿Qué significa exactamente esto para ti? Pues que si tienes una rutina clara, si sabes cuándo estudiar, cómo repasar y qué vas a hacer cuando te sientes delante del escritorio, pues no necesitas motivación, solo seguir el sistema. Esto es como el que se lava los dientes, no lo piensas, lo haces y punto, pues tenemos que conseguir esto mismo con el estudio. Punto número 2. El hábito nace cuando lo atas a algo que ya haces. Esto es buenísimo, ¿vale? Porque esto realmente cuando lo entiendes y lo aplicas te das cuenta de que es así. Sirve principalmente para opositores que tienen el día súper completo. El truco es sencillo, cada nuevo hábito lo tienes que enganchar a uno que ya tienes. Por ejemplo, seguramente tienes el hábito de desayunar. Lógico, pues si vinculas al hábito de desayunar, el hábito de repasar 10 tarjetas en una aplicación tipo Anki, pues ya vas a repasar todos los días desayunando. Es decir, mientras desayuno repaso 10 tarjetas en Anki. O otro tipo de vínculo, cuando llegue del trabajo me siento 30 minutos con el tema que peor llevo. Esto no es magia, esto es ciencia. Tu cerebro reconoce el patrón y lo automatiza. Cuando más claro lo tengas, menos excusas te vas a poner y más fácil lo vas a hacer. Cuando te des cuenta te estás sentando a estudiar o estás repasando sin haber pensado en que tienes que hacerlo. Punto número 3. Hazlo tan fácil que no puedas no hacerlo. ¿Te cuesta arrancar? Pues hazlo lo más fácil posible. Empieza con metas más sencillas. Ponte una meta como estudiar 30 minutos, solo eso. ¿Te suena poco? Vale, estamos de acuerdo de poco, pero bueno, estos 30 minutos se pueden convertir en pocos días en 45 y un poco más tarde en una hora. Y así. El truco es arrancar. Al final esto es como empujar un coche cuesta abajo. Si haces que empezar sea fácil, lo harás todos los días y eso es lo que cuenta. Si el primer día te quieres poner el objetivo de estudiar ocho horas, pues quizás no lo consigas, caigas y no consigas adquirir el hábito de estudio.que al final, como veremos más adelante, es lo que cuenta. Punto número 4. El entorno manda más que tus ganas. Mira, si tienes el móvil al lado mientras estudias, lo vas a mirar, aunque lo tengas silenciado. Es así. El entorno tiene un poder increíble. Tienes que diseñar tu espacio de estudio para que estudiar sea lo más fácil del mundo. Tener ya el temario abierto para cuando te sientes, los subrayadores listos. Una lista de reproducción preparada, que solo tengas que darle al play para que suene. El cartel en tu cuarto, en tu despacho, con no molestar. Y, por supuesto, haberle dicho a tu pareja, a tus padres, a tus hijos, a quien sea con quien vivas, que de tal hora a tal hora no te pueden molestar. Y también funciona lo contrario. Eliminar también lo que te distrae. No solamente hay que prepararlo todo, sino también preparar lo que tienes que quitar del medio. Puedes desactivar las notificaciones, guardar el móvil en un cajón, utilizar aplicaciones de bloqueo tipo Forest o Opal. Tener una silla cómoda. Vas a estar si estás cómodo. Es una distracción menos. Es que al final todo suma, porque el entorno, recuerda, siempre gana. Punto número 5. Actúa como la persona que quieres ser. A ver, esto es clave y esto funciona para cualquier cosa que te propongas en tu vida. Ahora mismo no estudias porque tocas. Estudia porque eres opositor, punto. ¿Tú quieres ser un profesor con plaza? Pues cambia el discurso mental. En lugar de decirte a ti mismo a ver si estudio algo hoy, di esto es lo que tengo que hacer, es mi obligación, porque es lo que hace alguien que realmente va a por una plaza. Y lo haces, aunque sea un poco, porque cada acción que repites refuerza tu identidad. Y si actúas como alguien disciplinado lo serás. Es que aquí no hay más que decir. Piensa que si quieres algún día estar súper en forma, ser un deportista de élite, tienes que pensar como un deportista de élite. Cuando bajes con unos amigos a merendar, ¿merendaría un deportista de élite con chocolate o no lo merendaría? ¿Se levantaría temprano para entrenar cada día o se quedaría remoloneando? Al final, si tú piensas que eres un opositor de alto nivel, vas a actuar como un opositor de alto nivel. Punto número 6. No rompas la cadena. Aquí en el libro James Clear dice nunca falles dos veces seguidas y me parece un mantra brutal. Un día sin estudiar vale, todo lo tenemos, puede pasar mil cosas, pero dos seguidos no. La clave está en volver rápido. No te sientas culpable, no hay problema ninguno si un día no estudias, pero solo vuelves. Cuando antes vuelvas a tu hábito, menos se va a enfriar y más probable es que lo mantengas. Ahora, si dejas de estudiar tres, cuatro días, te va a costar muchísimo volver a coger el hábito de estudio. O si no lo habías cogido todavía, has dado 5, 6, 7 pasos atrás para conseguir este hábito que realmente es el que te va a acercar a tu plaza. Punto número 7. Mejora solo un 1% al día. La mejora continua parece poca cosa, pero es increíble. De hecho, ahora vamos a hacer unos números y lo vas a ver. Pero bueno, básicamente si repasas hoy un pelín mejor que ayer o si ensayas en lugar de 30 minutos tu defensa ensayas 35 o si pasado mañana recuerdas un esquema más, al final estás sumando poquitas cosas, pero piensa que si mejoras un 1% al día, al final del año no eres un opositor más. Eres una versión más afinada, más lista y mucho más resistente. Y vamos a hacer esos números que te decía. Piénsalo. Si te parece poco estudiar dos horas al día, piensa que con solo dos horas al día, en un año habrás estudiado 730 horas. Vale, Manu, esto son muchas horas, pero ¿exactamente qué significa esto? Pues mira, 730 horas es equivalente a más de 30 días estudiando sin parar. Ni para comer, ni para dormir, ni para descansar, para nada. 30 días estudiando sin parar. Es equivalente a eso. ¿Te parece poco ahora dos horas de estudio al día? No, ¿verdad? Pues imagínate, si en tu hábito no son solo dos horas, sino que conseguimos que sean tres, cuatro, cinco, seis. Las que tu situación personal te permita. Porque no es lo mismo si eres un aspirante que estás dedicado 100% al estudio, a si eres un profesor interino que teque tiene que ir por la mañana al instituto, preparar clases, corregir, etcétera, etcétera y sacar un hueco al día para estudiar. O si no eres profesor interino pero trabajas en otra cosa y quieres cambiar tu situación y ser profesor. Adáptalo a tu realidad y mira lo brutal que es esto del interés compuesto aplicado al estudio. Estudio número 8. Invierte en tu yo del futuro. Puede que hoy estés cansado o cansada y que mañana también, pero si hoy estudias aunque sea 15 minutos, 20 minutos, 30 minutos, lo que puedas, tu yo del mes de junio te va a aplaudir, literal. Cada sesión, cada repaso, cada ensayo es una inversión en ese momento en el que vas a estar sentado con todos los compañeros de tu tribunal que van a estar enfrentándose al mismo examen que tú y que a ti no te van a temblar las piernas. ¿Por qué? Porque no estás estudiando por hoy, vas a estar estudiando por ese día. Tu yo del futuro te lo va a agradecer. Punto número 9. Premia el esfuerzo ahora, no solo el resultado. El cerebro quiere una recompensa inmediata. Es que así funcionamos. El tema dopamina, si sabes de lo que va, ya me estarás entendiendo. Así que vamos a darle esa recompensa inmediata a tu cerebro. Ahora ya te digo, no necesita grandes premios, simplemente necesita algo que vincular al éxito de haber estudiado ese día. Algo que solo consigas si has cumplido con tu sesión de estudio. Solo un refuerzo que diga he cumplido. Puede funcionar algo tan tonto como tachar el día en un calendario. Y además esto es muy visual porque por otro lado te podría dar toque dejar un día sin tachar. También puedes recompensarte con algo que te guste mucho, por ejemplo, un episodio de la serie que más te gusta o una partida a la playstation. Eso sí, debes ser disciplinado, disciplinada y no hacer estas cosas en ningún otro momento. Que tu cerebro asocie la recompensa al esfuerzo. Que tu cerebro asocie el ver el episodio de netflix a haber completado tu sesión de estudio al completo. Esto al final te va a motivar mucho más que pensar en la plaza como algo lejano. Y punto número 10. No es la intensidad, es la repetición. ¿Piensas que está bien estudiar siete horas en un día? Bueno, sí, está bien. Está estupendo. Y si lo haces cada día mejor. Pero lo que no está bien es un día estudiar siete horas y después pasarte tres días sin mirar los apuntes. Esto no vale porque al final aquí lo que realmente importa es la frecuencia, el hábito, la repetición, el ser machacón, el estar cada día ahí dando el callo, la disciplina. Como hemos dicho antes que estudiar sea como lavarse los dientes. Lo haces aunque no te apetezca. Lo haces porque toca, porque sabes que es parte de ti y al repetirlo lo vas a ir grabando en tu cabeza, en tu rutina y finalmente en junio o julio en tu defensa. Y ya terminando, te lo digo sin rodeos. No necesitas hacer nada heroico para convertir en rutina, en hábitos, tu sesión de estudio. Solo necesitas hacer lo importante todos los días, como hemos visto en este episodio. Aunque sea poco, aunque no te vean, porque al final quien saca plaza no es el que hace más, sino es el que aguanta más, el que tiene mayor disciplina. Ya sabes, si te gusta este tipo de contenido real, aplicable, sin frases vacías, estás tardando en entrar en evoluciondocente.com y apuntarte a la newsletter. Esta semana voy a enviar un email que creo que te puede interesar. Y bueno, si me estás escuchando es domingo 13 de abril, pero si me estás escuchando en cualquier otro momento, en realidad el mensaje es el mismo, porque intentamos que los emails de los lunes lleven realmente contenido, historias, técnicas, herramientas, que a ti como opositor o como profesor te puedan venir súper súper bien. Nos estamos partiendo el coco siempre para ello. La newsletter echa tu medida. Así que nada, nos escuchamos en el siguiente episodio y hoy ya lo sabes, aunque sea un 1%, ¡hazlo!

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